"Los roles de genero"

    "👪Los Roles de genero💕"

El siguiente documento profundiza todo sobre los roles de genero que desempeñamos nosotros (tanto hombres como mujeres) en nuestra vida diaria. Nosotros estamos arraigados a una serie de creencias o ideologías sobre lo que es ser mujer o lo que es ser hombre cada uno de ellos desempeñando una función diferente.

Por ejemplo, el hombre por ser mas fuerte debe realizar tareas pesadas desde talar un árbol como la construcción de casas, y una mujer a hacer mas débil debe realizar tareas de limpieza en casa de ahí viene los sexismos, que según la Wikipedia "Sexismo, discriminación sexual o discriminación de género es el prejuicio o discriminación basada en el sexo o género. También se refiere a las condiciones o actitudes que promueven estereotipos de roles sociales establecidos en diferencias sexuales.​"

Pero, ¿Qué es realmente los roles de genero? y ¿Cuántos tipos existen?

Son los conocimientos aprendidos en una sociedad, comunidad o grupo social establecido, que hacen que sus miembros estén incondicionados para percibir como masculinas o femeninas ciertas actividades, tareas y responsabilidades y a jerarquizarlas y valorizarlas de manera diferente. Existen varias características en cuestión de roles de género entre ellas:

La constante presión de naturalizar actividades que pueden realizar ambos sexos. La naturalización de los roles de género es lo que lleva a sostener que existe una relación determinante entre el sexo de una persona, su capacidad para realizar una tarea y la valorización social que se le otorga a dicha tarea.

Que la sociedad normalice estos actos en su día a día. Reconocer y descubrir que estas características se le atribuyen a las sociedades principalmente culturales y es lo que permite finalmente permite transformarlas al antojo de estas.

En un contexto social, los roles de género de los hombres y las mujeres pueden ser diversas rígidos a una ley impuesta, semejantes o diferentes y complementarios o conflictivos. Particularmente en las situaciones de desastres ya sea natural o social, como la guerra, terremotos, necesidades básicas, los roles pueden cambiar pero, luego, las antiguas actitudes pueden regresar y las mujeres suelen ser cambiadas, lo que produce nuevas expresiones de la discriminación o de barreras para el acceso al empleo, la formación profesional, etc.

 Tanto las mujeres como los hombres realizan demasiados roles en sus vidas, en la esfera productiva y actividades que van dirigidas a la producción de mercancías para el consumo y el comercio, las generadoras de ingreso y en la esfera reproductiva actividades relacionadas con la creación y sostenimiento de la familia y el hogar. No obstante, en la mayoría de las sociedades, los roles de los hombres en la ámbito productivo son prominentes, si bien se están produciendo cambios significativos en su involucramiento en las actividades doméstico y de cuidado. Generalmente las actividades de un hombre son fuera del hogar lo que les permite realizarlos fijamente y no al mismo tiempo.

Las mujeres, por su parte realizan varias tareas simultáneamente, desempeñando múltiples roles dentro del ámbito reproductivo y productivo. Desempeñan así un rol productivo, reproductivo o doméstico y comunitario tales como la limpieza de la casa, atención constante de a los hijos, lavar ropa, hacer de comer, etc. La mayoría de las veces este trabajo es voluntario y, por ende, lo realizan por la necesidad y porque su conciencia está planteada en lo que diga la sociedad y que están obligadas y, por supuesto, considerado como natural, derivado de su condición de cuidadoras. Por su parte, la gestión comunitaria de los hombres suele a ser más visible y de mayor valor social.

Rol es un término que procede del inglés role, aunque su origen etimológico se halla en el francés rôle. Esta palabra hace referencia a la función o el papel que asume un individuo en un determinado contexto. Género, por su parte, es un concepto con varios significados. En este caso, nosotros los estamos usando en la acepción como el grupo de seres vivos que disponen de ciertas características en común. La idea de rol de género está asociada al concepto de género en las ciencias sociales. 

El género es una construcción social que atribuye a hombres y mujeres diversas características diferentes de acuerdo al sexo biológico. Siguiendo con este razonamiento, el rol de género es el papel que deben asumir hombres y mujeres de acuerdo a los mandatos sociales.

El rol de género, en otras palabras, alude a las conductas que se consideran adecuadas para hombres y mujeres en el seno de una sociedad. Estos comportamientos dependen de la idea que la comunidad tiene acerca de la masculinidad y de la femineidad.

Los expertos afirman que la sensación personal del rol de género es aquello que se conoce como identidad de género: mientras que la identidad de género es la percepción que tiene una persona acerca de sí misma respecto a sentirse mujer u hombre, el rol de género es la manifestación pública de dicha percepción.

Si tomamos los roles de género más tradicionales y difundidos, podemos decir que, en la sociedad occidental, la mujer debe cuidar a sus hijos y hacer las tareas de la casa mientras que el hombre debe salir a trabajar para garantizar el sustento material de su familia. Por supuesto, esta visión es estereotipada y ya no se cumple con tanta frecuencia, en parte por las nuevas oportunidades profesionales que tiene la mujer, pero también a causa de la adopción de un modelo social más abierto e igualitario.

Así como algunas personas siguen respetando esta distinción entre hombres y mujeres, están aquéllos que los ven como seres iguales, con los mismos derechos y obligaciones frente a la sociedad, de manera que si una pareja heterosexual tiene hijos, cualquiera de los dos puede decidir libremente cuidarlos y mantener la casa o bien salir a conseguir el dinero para hacer frente a los gastos. Esto da lugar a que ambos puedan asumir «la mitad» de las responsabilidades frente a su grupo familiar: que los dos cuiden de los niños y se ocupen de su crianza, al mismo tiempo que persiguen sus objetivos a nivel profesional.

En Japón, por ejemplo, las diferencias entre el rol del hombre y el de la mujer están muy definidas, y esto puede resultar difícil de creer a simple vista, dado que se trata de uno de los países considerados sinónimo de avance y tecnología de punta. Diversas encuestas realizadas a mujeres japonesas con un nivel alto de estudios y con puestos de trabajo que en otros lugares del mundo serían envidiables han sacado a la luz que muchas de ellas no se sienten conformes con las condiciones que las empresas de su propia nación les imponen, solamente por su sexo.

El rol de género en Japón puede resultar pesado para muchas mujeres, pero también existen quienes agradecen no encontrarse en la situación de los hombres, ya que aseguran que ellos se llevan la peor parte: mientras que las mujeres tienen sueldos inferiores y deben hacerse cargo de la casa y los hijos, los hombres suelen tener trabajos más duros, más demandantes, tanto a nivel físico como emocional. En una sociedad tan exigente y perfeccionista, donde llegar unos minutos antes a una cita no es recomendable sino casi obligatorio, puede que sea preferible encontrarse en el bando que genera menos expectativas.

 https://definicion.de/rol-de-genero/

https://www.oitcinterfor.org/en/p%C3%A1gina-libro/%C2%BFqu%C3%A9-son-roles-g%C3%A9nero#:~:text=Son%20los%20comportamientos%20aprendidos%20en,y%20valorizarlas%20de%20manera%20diferenciada

ROLES DE GENERO EN EL TRABAJO

Pese a los avances en las nuevas constituciones y en algunas reformas legales, los enfoques de género continúan estando ausentes en la legislación laboral. Las mujeres siguen en desventaja en todos los indicadores laborales y se enfrentan a discriminaciones abiertas o encubiertas, como los llamados «techos de cristal» en su ascenso a empleos jerárquicos. Un caso paradigmático es el del trabajo doméstico en viviendas particulares, en el que a los déficits legales se suma la dificultad para hacer cumplir las normativas aprobadas.

Aunque si hablamos de roles de género no solo debemos encapsular todo a las mujeres puesto que también los hombres tienen roles de género en los trabajos, como cuando dicen “tú eres hombre has esto” o “hazlo por ella no ves que es mujer” y esto afecta mucho pues a los hombres les terminan dando los trabajos más pesados.

Los mercados laborales de América Latina presentan algunos rasgos de carácter estructural tales como la alta proporción de trabajadores afectados por la informalidad, la precariedad y el subempleo. Estos rasgos guardan una estrecha relación con el fenómeno de la pobreza y la característica desigualdad de la región en múltiples dimensiones. La participación en el empleo de hombres y mujeres se diferencia en variados aspectos, y esas diferencias resultan en posibilidades desiguales de elegir, que a su turno inciden en los resultados obtenidos en términos de bienestar y autonomía personal. Todo ello se relaciona con el trabajo para el mercado así como con otros trabajos que, si bien quedan al margen de las fronteras de lo económico en su acepción convencional, contribuyen al bienestar de las personas y a la reproducción social, como el trabajo realizado en los hogares. Tradicionalmente este último se atribuye como responsabilidad a las mujeres; eso lleva a preguntarse en qué medida la sociedad como un todo se hace cargo y asegura las condiciones de la reproducción social, al tiempo que se respeta el derecho de las personas a elegir sobre el uso de su tiempo.

Desde una perspectiva de género, los conceptos de trabajo y empleo requieren una especial distinción al menos por tres razones: en primer lugar, debido a que la interacción de ambos tipos de actividades resulta un factor condicionante de la vida de hombres y mujeres de manera diferente; en segundo lugar, porque esa distinción contribuye a identificar el aporte económico global de las personas y en particular de las mujeres; y en tercer lugar, porque como se desarrolla en adelante, para analizar la problemática del empleo femenino es indispensable relacionar ambos conceptos.

El concepto de trabajo en la economía laboral se vincula en general a las actividades remuneradas y consideradas productivas en la órbita del mercado. En ese sentido, en particular los análisis económicos suelen referirse al trabajo asalariado (sector público y privado), por cuenta propia, formal e informal y en distintos sectores de la actividad económica, pero siempre remunerado.

La presencia femenina suele ser proporcionalmente mayor en los puestos de trabajo informales y precarios, al igual que en el trabajo no remunerado destinado al mantenimiento y la reproducción de la vida en los hogares; es decir, el trabajo estrictamente doméstico y otras actividades vinculadas al cuidado de las personas. Estas actividades se hallan –aunque no en forma exclusiva– indisolublemente ligadas a las dinámicas de los hogares y al aporte femenino al bienestar y al funcionamiento de la economía global. La llamada «división sexual del trabajo», es decir, la distribución social de obligaciones y responsabilidades entre individuos de uno u otro sexo de las actividades de mercado y Extra mercado, determina la participación de las mujeres en el trabajo remunerado así como en otras actividades (políticas, culturales, sociales o de recreación).

https://nuso.org/articulo/trabajo-y-genero-un-viejo-tema-nuevas-miradas/

ROLES DE GÉNERO EN LA CASA 

Los roles de género en el hogar son la cuestión más importante dentro de esta rama, el hogar es el lugar donde los niños forjan sus responsabilidades y aprender a ser equitativos. La distribución de tareas y responsabilidades en el hogar, así como las diversas actividades y juegos que las familias fomentan en sus hijos, impacta profundamente en la manera en la que ellos aprenden o no las nociones de equidad de género. 

Expertos de Oxfam, organización internacional que trabaja para reducir las desigualdades sociales y económicas en el mundo, señala que los estereotipos sobre los roles femeninos y masculinos tienden a perpetuarse desde el hogar porque son interiorizados por los menores de edad desde sus primeros años de vida. 

¿Cómo? A través del ejemplo que obtienen de los comportamientos y actitudes de sus padres, de los juegos o actividades lúdicas que desarrollan y mediante las tareas domésticas que se les encarga.

Por eso, es importante que los cuidadores reflexionen sobre la forma en la que están fomentando en sus hijos la equidad de género y comiencen a erradicar, desde casa, esas creencias que encasillan las responsabilidades en el terreno de lo femenino y de lo masculino.  Uno de los asuntos que pone en discusión la equidad de género en los hogares es la crianza. Con frecuencia, las mujeres perciben que cargan con toda la responsabilidad y reclaman una mayor participación de los hombres en la atención y el cuidado de sus hijos.

“No tenemos hombres que sean cuidadores porque no los educamos desde niños en ese sentido. Si queremos hombres comprometidos con la crianza y con el ejercicio de la paternidad, sencillamente tenemos que desarrollar esas capacidades desde la infancia y la adolescencia”, advierte López. Para el funcionario del ICBF, el juego puede ser un vehículo efectivo para involucrar a los niños en las dinámicas de cuidado. “Los niños también podrían jugar con un muñeco, darle tetero, cambiarle el pañal, todo eso que se les enseñaba a las niñas”.

Ahora bien, si esto genera resistencia entre los padres, se puede recurrir a estrategias como fomentar en el niño su participación en dinámicas como el cuidado de sus juguetes, o asignándoles responsabilidades en el cuidado de una mascota o de una planta.

Incluso, señala López, los niños pueden participar, de forma acorde con su edad, en el cuidado y atención de sus hermanitos y de sus primos sin que esto excluya, por supuesto, la responsabilidad de los adultos. 

En ocasiones, las tareas y responsabilidades que se les asignan a los menores de edad en el hogar tienden a reproducir estereotipos: sucede que, por ejemplo, las niñas son las que acompañan a la madre en las labores de aseo, mientras que los niños aprenden con su padre a cambiar las llantas del carro familiar.

“Hay que empezar a reflexionar sobre los roles que les damos a los niños en el hogar para dejar de marcar diferencias y encasillamientos entre unos y otros”, señala la psicóloga Carvajalino. Para lograrlo los especialistas sugieren algunos ‘tips’: ·Generar variaciones y equilibrio a la hora de distribuir las responsabilidades: si un día o durante una semana, la niña estuvo encargada de recoger la ropa sucia mientras el niño ayudaba a tender las camas o a recoger los platos de la mesa, en la siguiente ocasión, los papeles se deben intercambiar para que haya igualdad en el ejercicio.

·Aprovechar los fines de semana para desarrollar actividades de trabajo colaborativo como, por ejemplo, cocinar en familia o realizar jornadas de aseo donde todos los integrantes tengan una tarea específica y cooperativa. Esto promueve la integración y la solidaridad.

·Fomentar espacios en los que las niñas compartan con sus padres y los niños con sus madres. De esta forma, aprenden a generar empatía con el género opuesto y a involucrarse con las responsabilidades de ambos: un niño puede mercar con su mamá mientras la niña aprende a hacer reparaciones en casa con su padre. 

Las actitudes y comportamientos de padres y madres construyen el ejemplo que proyectan hacia sus hijos.

En este punto, es esencial que sean los mismos adultos quienes dejen de pensar que existen “oficios de mujeres” y “oficios de hombres” y empiecen a generar dinámicas en las que ambos se comprometan y se involucren por igual en las rutinas de cuidado y crianza.

Para ello se requiere que la pareja genere acuerdos y que ambos valoren los esfuerzos hechos por su contraparte. Aquí se deben eliminar frases como “es que tú no lo haces bien”, “tú no sirves para esto” o “deja yo lo hago” que desalientan y debilitan la intención de colaborar y asumir responsabilidades. 

Finalmente, reconocer y validar los sentimientos es otra manera de fomentar la equidad de género en casa. Al igual que ocurre con los juegos y las tareas domésticas, la manifestación de las emociones no debe limitarse ni reprimirse por el hecho de ser niño o niña.

Los padres deben eliminar expresiones como “no llores que pareces una nena” o “los niños no lloran” cuando sus hijos expresan tristeza y desconsuelo.

 Tampoco deben decirles a sus hijas que “las niñas no se portan así” o que “ese comportamiento no les queda bien” cuando sus hijas están enfadadas o molestas.  Al contrario, en lugar de reprimir, es responsabilidad de los padres, enseñar a sus hijos a reconocer y gestionar sus emociones conversando acerca del factor que lo originó y buscando alternativas para solucionar los situaciones problemáticos. 

https://www.icbf.gov.co/mis-manos-te-ensenan/claves-para-incentivar-la-equidad-de-genero-en-el-hogar

ROLES DE GÉNERO EN LA ESCUELA

Es claro que la desigualdad es una variable transversal que afecta homogéneamente a todos los estratos sociales en que las mujeres y el resto de grupos discriminados se sitúa; el patriarcalismo no es una estructura de opresión autónoma, concentrado en las relaciones de subordinación de las mujeres a los hombres, sino un conjunto indiferenciado de opresiones, de sexo, raza, género, etnia y condición social. (...) Por esta razón, el Comité recalcó la necesidad de que los Estados eliminen las actitudes y estereotipos discriminatorios, así como las costumbres y prácticas persistentes de las tradiciones que han puesto a las mujeres en posiciones inferiores.”

 “Los problemas relacionados con la escolarización de las niñas no se encuentran desligados del contenido de la educación. Por el contrario, los estereotipos de género, las amenazas a la seguridad emocional de las niñas y el currículo insensible a las cuestiones de género conspiran directamente contra la realización del derecho a la educación”

: Así, aún de acuerdo con la misma fuente, es importante tener en cuenta que el derecho a la educación de las niñas no puede ser tratado al margen de las cuestiones de género; y estas cuestiones ciertamente no sólo atañen a los derechos de las mujeres, sino que además plantean la necesidad de pensar en una nueva masculinidad que sea sensible, responsable y proactiva con la igualdad, la justicia y la solidaridad.

Otra de las principales reivindicaciones de las organizaciones y organismos que defienden la equidad de género en las escuelas, es la urgente revisión de programas y manuales escolares desde una perspectiva de género, a fin de abandonar su sesgo androcéntrico e incluir también referencias de mujeres.

: “Los problemas relacionados con la escolarización de las niñas no se encuentran desligados del contenido de la educación. Por el contrario, los estereotipos de género, las amenazas a la seguridad emocional de las niñas y el currículo insensible a las cuestiones de género conspiran directamente contra la realización del derecho a la educación”.

La discriminación de género en la educación se da también una vez adentro del sistema educativo y afecto muy en particular a las mujeres pero también a los varones, estando además relacionada con otras variables, como la pertenencia étnica, religiosa, social o la orientación sexual.

 “La necesidad de profundizar en la realización de los derechos humanos de las niñas y las adolescentes en el ámbito escolar está produciendo nuevas tendencias pedagógicas que plantean la superación de las formas segregacionistas del currículum y apuestan a la construcción de un modelo en el que se integra la experiencia de hombres y mujeres, con un tratamiento equitativo que vaya más allá de los tradicionales presupuestos sobre el género. El aporte concreto que se espera de los maestros y maestras para este fin es una cuestión urgente.”

Es así importante considerar como se construye en la escuela las identidades femeninas y masculinas, como se integra o no las cuestiones de género en el currículo escolar y en los currículos ocultos. Como ejemplo, durante el estudio se pudo ver que los chicos asocian más la fuerza y la inteligencia a los varones, mientras que a las mujeres se les asociaba con la amabilidad y la vocación del cuidado de otras personas.

Esto también impacta el punto de vista de los niños con respecto a las personas que usualmente tienen las posiciones laborales más altas o quien percibe mayores sueldos. Los niños y niñas participantes relacionan instantáneamente a los hombres con trabajos que implicaban mayor liderazgo y responsabilidades más valoradas, por ende, mejores posiciones y sueldos. Mientras que a las mujeres se les colocó en posiciones laborales más bien relacionadas con el soporte, que no se valoraban tan alto en el esquema de poder o agencia, tampoco en los sueldos.

Los niños y las niñas deben sentirse bien acogidos en un ambiente de aprendizaje seguro. Los gobiernos, las escuelas, los docentes y los alumnos tienen un papel que desempeñar para hacer que las escuelas estén exentas de violencia y discriminación y proporcionen una educación de buena calidad y con una perspectiva de género

http://www.surt.org/maletaintercultural/index.php?vlg=0&vmd=0&vtp=0&vit=15&tex=16

ROLES DE GÉNERO EN LA VESTIMENTA

La ropa es aquello que decora, cubre o adorna nuestros cuerpos desnudos, listos para interactuar con el mundo, proveyéndonos de ropa al igual que otras criaturas sociales. De esta forma, podemos afirmar que la ropa es un elemento intermediario entre el mundo social y la persona. Muchos elementos de la identidad de una persona: su género, sin duda, es probablemente el elemento más "definido". Además, la indumentaria y la moda se han convertido, sobre todo a partir del siglo XIX, en una de las herramientas más claras para la construcción de la personalidad. Si como consecuencia de la democratización de la moda en el siglo XX, especialmente de la proliferación de la sociedad de consumo, la moda y la confección se han convertido en uno de los principales motores de la individualidad, entonces podemos decir que, entendiendo la moda como herramienta de creación, producción, la reproducción, especialmente de los roles de género confirman. Puede verse con mayor rigor la separación genérica en los modos de vestir, dejando los elementos decorativos relegados a lo femenino. La indumentaria femenina dio lugar al uso de accesorios, recreando una estética femenina asociada al adorno y a lo decorativo como rasgo identitario que a primera vista se diferenciaba de lo masculino. Otro aspecto importante a tener en cuenta, es la supuesta división de los mundos privados y públicos. Lo femenino fue asociado a los ámbitos privados −reproductivos− decorativos, lo cual también comenzó a tener un correlato en los modos de vestir. En cambio, lo masculino fue relacionado con el trabajo y lo público. 

Si partimos del hecho de que los roles de género se construyen cultural y socialmente, se basan en lo que podríamos llamar estereotipos de género como identidades 'masculinas' y 'femeninas', y es bueno intentar descubrir diferentes tipos de mecanismos para este comportamiento o en qué están Se activan estos procesos socioculturales de construcción y reafirmación de género. Algo tan "ridículo" como una niña de rosa y un niño de azul termina siendo uno de los pilares de la construcción de género, "dando" dos colores "género" y apoyamos una serie de estereotipos y apreciaciones asociadas a ellos. La sofisticación, dulzura y docilidad del rosa se asocia con la feminidad, la niñez y la feminidad. El azul, el color masculino, es el color de los niños, el color de los coches de policía, el color de la fuerza y la seguridad. Si tienes un hijo, o ves a un niño, normalmente te piden una camiseta de las Tortugas Ninja, o se fijan en esa camiseta azul. ¿Estás interesado en las camisetas de las Princesas Disney? malo. Porque las expectativas y expectativas de un niño con masculinidad es que se vista como masculino, así como una serie de estereotipos culturales y de roles de género que codificamos en la vestimenta, el color y la expresión corporal. Si bien muchas diferencias de género se han erosionado activamente, como podemos estar seguros hoy, y en gran parte gracias a las luchas del movimiento feminista primero y el movimiento queer/trans, es innegable que existen roles, y es igualmente innegable que la idea de La generalización tiene dos polaridades opuestas La dicotomía de género de hombres y mujeres sigue viva: azul y rosa.

Para ello, el género fue conceptualizado como una tecnología, es decir como un dispositivo propio de la modernidad que determina los “modos de ver”, clasificar y enunciar tanto a los cuerpos como a las identidades sociales. Se ha planteado a la indumentaria como un signo pues dichos cuerpos casi nunca se encuentran desnudos, sino que usualmente aparecen regulados en la escena social como cuerpos vestidos y además, dotados de un género. Por lo tanto, se concluye que la moda y los cambios cíclicos en los modos de vestir no actúan solamente como fenómenos estéticos y de consumo, sino que además, enmascaran las luchas políticas por las construcciones de sentido en torno a los valores sociales de los cuerpos, las sexualidades y los géneros que suponen un devenir identitario.



 "La igualdad es el alma de la libertad; de hecho, no hay libertad sin ella" (Frances Wright, escritora estadounidense).


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